LECCIONES PARA ENTENDER Y HACER CAMPAÑAS ELECTORALES

por eberda . . . comentando a . .  Scherver 2012_Time Journalism

«El fin de las campañas electorales como las conocimos«, así tituló en su reciente artículo de blog Cesar Calderón @CesarCalderon, el conocido blogero español del Open Government, al referirse y explicar un fenómeno de claves para entender y conceptualizar los nuevos modos de estrategias políticas y electorales, bajo la visión y acción de las «tech» y los «data crunchers», en el contexto de las redes sociales que a tantos da para hablar, sin profundizar ni conocer a cabalidad de estos procesos.  Parece que pocos comprendieron durante y hasta el término de la campaña presidencial USA 2012, la serie de información que encuestas y opinólogos producían tanto para Romney u Obama, sin reparar que el fenómeno de redes sociales del último lustro – al avanzar a velocidades que nos cuesta asimilar – puede tomar rumbos variables vectorialmente, pero también recurrentes, por lo cual las cosas que se intentan medir hoy, resulten para mañana un dato marginal. Como diríamos algunos, en ingeniería ésto ya es un problema o un proyecto para mineros y geólogos.
Y el relato de Ben LaBolt (portavoz del gran equipo de análisis y estudio) que sigue, dicho entre broma y secreta seriedad, que ellos manejaban códigos nucleares, utilizando incluso nomenclatura, frases y códigos como «narwhal», «crunchers» y «dreamcatcher», aislados de muchos otros colaboradores de la campaña y separando lo operativo, del análisis de aquella información obtenida por miles de voluntarios, en las cientos de miles de llamadas por teléfono vía web, encuestando, recaudando fondos y combinando información masiva, para integrar una gran data al estilo matrix, quizás no tan inteligente como la del film, pero útil a la hora de recomponer y concluir tendencias y cambios de percepción del gran elector votante,  para detectar su permeabilidad ha ser persuadido por uno u otro elemento o idea política ciudadana que les afectara o interesara, y todo lo anterior en el torbellino del Sandy.  Como se comprenderá una suerte de modelo multivectorial predictivo, no para salir al ruedo periodístico de encuestas en TV, sino para ir corrigiendo «al paso» la imagen o esfuerzo en la campaña.
Ello quizás sea la lección técnica, pero no con fórmula única, que la política norteamericana 2012 nos deja a los chilenos, hoy aprendices en un sistema electoral con voto voluntario y registro ahora automático. Algo así, como para decir «chao jefe» a los gurues y señores que por décadas monopolizaban las decisiones en las contiendas electorales.  Un gran desafío para valientes. Andres Allamand_2012

Para aclarar mis modestos comentarios, aquí sigue el ya mencionado artículo de Cesar Calderón que, con seguridad, iluminará la sombras difusas de las frases que anteceden.
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Nada volverá a ser igual en las campañas electorales, tras la utilización por parte del equipo de Barack Obama del llamado Big Data , ya se puede afirmar sin excesivo riesgo que su conceptualización, estrategia y ejecución van a cambiar de forma tan radical en los próximos meses que el papel de gurús y spin doctors va a ser seriamente disminuido para dar paso a un nuevo perfil, los “data crunchers”.
Si pensabamos que la utilización de redes sociales por parte de Obama en las anteriores elecciones había sido una genialidad – y sin duda lo fue – ahora el equipo del presidente norteamericano ha dado un salto de varios miles de kilómetros comenzando a aprovechar realmente las posibilidades de gestión de enormes masas de información segmentada en decenas de criterios sobre sus votantes, que al fin y a la postre le han otorgado una gigantesca ventaja competitiva sobre su rival. Mientras Obama sabía a que votantes dirigirse, que temas decidían su voto, y cual era el mejor canal, su rival seguía dando palos de ciego con carísimos anuncios generalistas en la televisión.

La clave, por mucho que moleste a los asiduos a lugares comunes, no ha sido ni “estar en las redes sociales”, ni “conversar”, Obama ni siquiera ha gestionado, excepto en contadas ocasiones, sus perfiles las redes sociales. Para que nos entendamos, las redes sociales no han sido un fin, sino un medio, un acelerador de la llegada de los mensajes, y un multiplicador de su impacto.

No estamos hablando de Magia Potagia, como sugieren algunos medios, ni de un “gran cerebro cibernético”, es mucho más sencillo y a la vez más potente, una gigantesca base de datos unificada con datos aportados voluntariamente por millones de norteamericanos que le ha permitido singularizar su aproximación a los votantes  combinada con una plataforma de acción para voluntarios (El ya famoso Dashboard ) que combinado con las redes sociales hacía que incluso el mismo día de las votaciones los norteamericanos recibiesen en sus perfiles de las redes sociales y teléfonos móviles via SMS los mensajes de que sus amigos estaban votando a Obama en el mismo momento que lo hacían. Y todo ello combinado con una potente capacidad Escucha Activa de las preferencia de los ciudadanos y las tendencias sociales y políticas de cada estado.
Edo Berríos Cerda
ingeniero de minas

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