ILEGITIMIDAD . . O . . GATOPARDISMO

. . . por eberda . . .
Preocupante, por decir lo menos, será un resultado en las elecciones chilenas del balotaje si la participación es menor de un 40% o lo bordea.
Y así parece ocurrirá; también ardua será la tarea de la gobernante y sus cercanos que asuman dicha responsabilidad, porque cualquier expresión de grupos inorgánicos políticamente hablando, se sentirán con derechos a alegar representación indeterminada, pero que la prensa y algunos periodistas buscando «cuñas» sin filtros o sin pudor profesional generarán opinión y referentes, en muchos casos de ilusiones o falacias.

"Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie"

«Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie»

 Este es el panorama político y social   menos deseado para un Chile que se asomaba vigorozamente a las puertas del tan buscado desarrollo. Aquel que ha hecho a muchos de los últimos gobernantes buscar integraciones en comunidades como la OECD y otras donde quizás hoy los acuerdos y normas, hacen pagar al ciudadano del Chile profundo un costo social de complejas asimetrías en materias de distribución del ingreso, del desarrollo industrial en sectores como la energía y la minería, en la educación o en la salud.
La gran reflexión y el espacio de conversación forzada que deberá abordarse en el país a partir de mañana entre oposición y gobierno, instituciones intermedias e incluso poderes políticos como el judicial, que normalmente ha sido observante en las decisiones de Estado, especialmente cuando conllevan aspectos ideológicos, deberán asumir sus responsabilidad pública como actores reales. No es menor, por ejemplo, la intervención en prensa hoy del actual presidente de la Corte Suprema, refiriéndose al consentimiento del poder legislativo para con uno de sus pares por su mérito o derecho a un asiento en el máximo tribunal de la República.

La ilegitimidad es algo muy serio cuando se trata de espacios, poder y responsabilidad pública. Porque teniendo presente aún los desmanes y saqueos del 27F, los fraudes de negocios de cadenas en retail o farmacias, la no rendición de cuentas en áreas de la educación, entre otros cientos ocurridos los últimos 20 años, y, hoy para coronar, el caso Cascadas que afecta al mercado de valores chilenos en pleno desarrollo investigativo, enturbia la experiencia vivida de la gestión y autoridad del Estado.
Todo lo anterior exige autoridad representativa y capaz de resolver una ausencia de sobriedad y respeto cuasi perdidas en el país actual.

Castello_di_Donnafugata_Lampedusa

Castello_di_Donnafugata_Lampedusa

  ¿Será que el mensaje del gran soberano elector es exponer al país a una ilegitimidad forzada, para que tome conciencia de la necesidad de mejorar políticas públicas y participación ciudadana, en búsqueda de mejor equidad en la riqueza y ante un desarrollo dispar?
¿Será que este Chile profundo quiere hacer notar que está convencido y cansado de un gatopardismo incoloro, que ayer se disfrazó de concertación democrática, luego de una alianza renovadora y hoy pretende continuar contando embaucamientos pseudo-socialistas ilusorios?

Lo que venga serán, a lo menos, tiempos de una frágil estabilidad social en cuanto a la paz ciudadana, si no ponemos una fuerte dosis de racionalidad y voluntad en corregir excesos, abusos o proponer cambios populistas dirigidos por nuevos o viejos aparecidos, que por generaciones se han servido del servicio público, más que entregarse al servicio del país.

EBC

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